Advertencia urgente:Las élites están orquestando un pánico mundial por laviruela del mono (viruela del mono)antes de las elecciones de 2024, con el objetivo de manipular los resultados, beneficiarse de la histeria de las vacunas y ampliar el control gubernamental. Descubre la verdad detrás de los titulares y aprende a resistir su agenda.
En un mundo ya golpeado y magullado por la devastación de lapandemia de COVID-19,se avecina una nueva tormenta que amenaza no solo nuestra salud, sino también el tejido mismo de la democracia. A medida que los titulares inundan los medios de comunicación con noticias alarmantes sobre la viruela del mono(rebautizada como "Viruela símica"),se hace cada vez más claro que las élites están orquestando un pánico global. ¿Su objetivo? Para manipular las elecciones de 2024, sacar provecho de la histeria de las vacunas y expandir el control gubernamental como nunca antes. Las señales están a nuestro alrededor: es hora de abrir los ojos y resistir esta descarada toma de poder.
Cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) declara una emergencia sanitaria mundial, el mundo escucha. El último rumor es en torno a la viruela del mono, ahora ominosamente conocida como "viruela símica" en un intento de distanciarla de sus orígenes. Los principales medios de comunicación, siempre cómplices, han tomado el manto, impulsando la narrativa con titulares como"La OMS declara emergencia sanitaria mundial por viruela símica"que aparecen tanto en la BBC como en la CNN, palabra por palabra.
La pregunta que cabe hacer es:¿Por qué ahora? ¿Por qué, después de años de relativa oscuridad, la viruela del mono se ha convertido de repente en una amenaza global? La respuesta está en el tiempo.Con las elecciones de 2024 a la vueltade la esquina, las élites necesitan una nueva crisis para infundir miedo, controlar la narrativa e impulsar su agenda bajo el disfraz de la salud pública.
El papel de los medios de comunicación en alimentar el pánico.No se puede exagerar el papel de los medios de comunicación en la formación de la percepción pública. Desde los primeros días de la COVID-19, vimos cómo los titulares impulsados por el miedo podían paralizar a las naciones y empujar a los ciudadanos a cumplir. Ahora, la misma estrategia se está empleando con la viruela del mono. Los titulares gritan peligro y amenaza inminente:
"Las pruebas de detección de la viruela símica se intensificaron a nivel mundial a medida que surgen más casos fuera de África" y "Suecia informa del primer caso de cepa de viruela símica más grave".
Pero estos titulares no son solo informativos, sino que están diseñados para incitar al miedo. Miedo que lleva a la aceptación incondicional de las medidas que los poderes fácticos decidan imponer. Miedo que lleva a la renuncia a las libertades personales a cambio de la ilusión de seguridad. Es un libro de jugadas muy gastado, y las élites cuentan con que vuelva a funcionar.
La declaración de una emergencia sanitaria mundial no se trata solo de controlar a la población, sino también de ganar dinero. Mucho dinero. Las mismas empresas que se beneficiaron enormemente del frenesí delas vacunas contra el COVID-19están a punto de volver a hacerlo. Tomemos, por ejemplo, a la empresa danesa detrás de la vacuna contra la viruela del mono, que vio aumentar sus existencias en un 17% inmediatamente después de la declaración de la OMS.
Esto no es casualidad. Las élites y sus aliados corporativos están preparando el escenario para otra ronda de manía por las vacunas, donde el miedo es el producto y las vacunas son la solución. Las ganancias son enormes y hay mucho en juego. Cada nuevo caso, cada nueva variante, es una oportunidad para vender más vacunas, para encerrar a los gobiernos en nuevos contratos y para mantener el flujo de dinero.
Expandir el poder y el gasto del gobierno.Pero las ganancias financieras son solo una parte de la historia. El verdadero premio para las élites es la expansión del poder del gobierno. Bajo el pretexto de la salud pública, los gobiernos de todo el mundo ya han ampliado su alcance en nuestras vidas de formas sin precedentes durante la pandemia de COVID-19. Desde los confinamientos hasta los mandatos de vacunación, hemos visto lo rápido que se pueden eliminar las libertades personales en nombre de la seguridad.
Con la introducción de una nueva crisis sanitaria mundial, el escenario está preparado para nuevas invasiones de nuestras libertades. Los poderes de emergencia, una vez concedidos, rara vez se renuncian. Las élites lo saben, y están ansiosas por capitalizar el miedo que están creando para impulsar medidas que de otro modo serían impensables. El aumento de la vigilancia, las vacunas obligatorias y las restricciones a la circulación son solo el comienzo.
La supresión de las voces disidentes.Al igual que con cualquier narrativa orquestada, siempre hay quienes ven a través de las mentiras e intentan hablar. Pero en el mundo de hoy, la disidencia se silencia rápidamente. Los titulares que desafían la narrativa dominante están siendo prohibidos y suprimidos en la sombra, enterrados bajo una avalancha de historias alarmistas.
Consideremos el caso del titular: "El brote de viruela del mono afecta predominantemente a hombres que tienen sexo con hombres". Este titular, que apunta a un grupo demográfico clave que se está viendo afectado por el virus, ha sido relegado a un segundo plano, eclipsado por historias más alarmistas. Incluso una simple búsqueda en Google de "hombres homosexuales con viruela del mono" se encuentra con intentos de hacer creer al público que "los virus y las bacterias pueden infectar y infectan a cualquier persona, independientemente de su orientación sexual", a pesar de la abrumadora evidencia de lo contrario.
Esta supresión de información es una táctica deliberada para controlar la narrativa. Si al público se le permitiera ver el panorama completo, el miedo se disiparía y los planes de las élites estarían en peligro. Pero al controlar lo que vemos, oímos y leemos, nos mantienen en la oscuridad, alimentándonos solo con la información que sirve a su agenda.
Los paralelismos entre el manejo de la viruela símica y el COVID-19 son demasiado evidentes como para ignorarlos. Las mismas tácticas de miedo, desinformación y represión se están utilizando para crear una crisis que justifica medidas extremas. El objetivo es claro: replicar el éxito de la COVID-19 en términos de control, ganancias y expansión del poder.
El momento de esta nueva crisis no es casual. Con las elecciones de 2024 a la vuelta de la esquina, las élites necesitan una forma de mantener el control e influir en el resultado. Al crear una nueva crisis sanitaria, pueden justificar cambios en los procesos electorales, como el voto por correo, que ha sido un punto de discordia en las últimas elecciones. También pueden presionar para que el gobierno invierta más en infraestructura de salud, vigilancia y respuesta a emergencias, todo bajo el pretexto de la seguridad pública.
No es ningún secreto que las elecciones de 2024 serán de las más polémicas de la historia moderna. Las élites lo saben, y están haciendo todo lo posible para asegurarse de que el resultado sea a su favor. La manipulación de la narrativa de la viruela del mono es solo una de las muchas herramientas que están utilizando para lograr este objetivo.
Al crear un sentido de urgencia y crisis, pueden presionar por cambios en el proceso electoral que los beneficiarían. El caos y la confusión causados por una nueva emergencia sanitaria pueden utilizarse para justificar cambios de última hora en las leyes electorales, la introducción de nuevas tecnologías propensas a la manipulación y la supresión de la participación electoral en ciertas áreas. Es una estrategia diseñada para sembrar división, crear dudas y, en última instancia, robar las elecciones.
En el centro de esta crisis fabricada se encuentra la industria de las vacunas, una máquina de hacer dinero que ya ha demostrado su eficacia durante la pandemia de COVID-19. Las élites y sus aliados corporativos están ansiosos por repetir este éxito con la viruela del mono. El miedo a una nueva pandemia se está avivando para impulsar la demanda de vacunas, creando un mercado que vale miles de millones.
Pero no se trata solo del dinero. El impulso de las vacunas también tiene que ver con el control. Al hacer que la vacunación sea obligatoria, el gobierno puede obtener un acceso sin precedentes a la información de salud personal, rastrear los movimientos de las personas y hacer cumplir otras medidas de salud pública. Es una pendiente resbaladiza que conduce a más vigilancia, menos privacidad y a la erosión de las libertades individuales.
El constante aluvión de titulares que inducen miedo está afectando la salud mental del público. Después de años de vivir bajo la sombra del COVID-19, las personas están cansadas, ansiosas y más susceptibles a la manipulación. Las élites están explotando esta vulnerabilidad, utilizando el miedo como una herramienta para mantener a la población obediente y obediente.
No se puede exagerar el impacto psicológico de vivir en un estado de miedo constante. Afecta la toma de decisiones, reduce el pensamiento crítico y hace que las personas sean más propensas a aceptar medidas autoritarias. Esto es exactamente lo que quieren las élites. Una población que está asustada es más fácil de controlar, y cuanto más puedan mantenernos en un estado de miedo, más poder podrán consolidar.
Las plataformas de redes sociales se han convertido en el principal medio de comunicación para millones de personas, y las élites las están utilizando en su beneficio. Los algoritmos están siendo manipulados para suprimir las voces disidentes, prohibir en la sombra narrativas alternativas y promover contenido impulsado por el miedo.
Es un esfuerzo coordinado para controlar el flujo de información y mantener al público en la oscuridad. Al seleccionar lo que vemos y escuchamos, las plataformas de redes sociales están desempeñando un papel crucial en el plan de las élites para fabricar pánico y dirigir la opinión pública. Este nivel de control sobre la información no tiene precedentes y es profundamente preocupante.
¿Qué podemos hacer?El primer paso para resistir este pánico orquestado es reconocerlo como lo que es: una crisis fabricada diseñada para manipularnos. Debemos cuestionar las narrativas que nos están alimentando los medios de comunicación, el gobierno y las grandes farmacéuticas. Debemos buscar fuentes alternativas de información, apoyar el periodismo independiente y participar en el pensamiento crítico.